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Teoría del Yin y Yang

  • zailuchienmovimien
  • 7 abr 2014
  • 3 Min. de lectura

La teoría del yin y el yang es una de las aportaciones más universalmente conocida de la cultura china, que considera que cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. Nada aparece en estado puro y todo está en continua transformación, mediante este binomio que mantiene el equilibrio en el sistema universal. Esta teoría es un modelo que está presente en todas las manifestaciones tradicionales y culturales chinas como las artes marciales, la medicina, la pintura, el masaje, la filosofía, la música, la acupuntura… Desde sus orígenes los antiguos chinos han entendido que todos los aspectos de la vida están regidos por dos fuerzas opuestas pero complementarias que se encuentran en todas las cosas (vida-muerte, bueno-malo, luz-oscuridad, calor-frío,...). Los sabios chinos observaron que lo inmutable en el universo es el movimiento. Todo se mueve, se transforma y cambia en un ciclo permanente de inicios y finales donde lo único que permanece es el movimiento. Este movimiento tiene dos tendencias: una expansiva o centrífuga que lo inicia y otra contractiva o centrípeta que vuelve al origen. Ambas fuerzas son consideradas como básicas y necesarias para que se realice el sentido del universo, pues en cualquiera de sus manifestaciones intervienen y debido a su interacción es por lo que se pueden observar los acontecimientos en el universo, que está sometido a un continuo movimiento que le conduce a una transformación continua. Son muchos los textos y diagramas que han perdurado hasta nuestros días en los que se hace alguna mención a la teoría del yin-yang (el I Ching, el Su Wen, el Tao Te King, la obra filosófica Kuan Tzu, los calendarios agrícolas…). Una de estas representaciones es el conocido como Taijitu, en el cual se representan varios de los conceptos de las filosofías taoísta y confucionista china, como el Tao, el wu chi (o estado indiferenciado del universo anterior al Tai Chi), el Tai Chi, las 5 fases o elementos y el propio yin-yang. En el yin y en el yang se reflejan todas las propiedades esenciales de los fenómenos naturales y a través de estas dos fuerzas se encuentra una explicación de la fisiología y patología en el ser humano. Todos los objetos o fenómenos en el universo consisten en dos aspectos opuestos entre sí pero indisolubles, interdependientes, pero que se complementan y que se rigen por una serie de principios:

  • Oposición: Todo tiene su opuesto, aunque este no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. En un día de invierno puede hacer calor y en uno de verano frío.

  • Interdependencia: El yin no podría existir si no existiera el yang. La noche se incluye en yin y el día en yang. Mencionar la noche implica reconocer la existencia del día. Existe lo alto porque existe lo bajo, existe lo duro porque existe lo blando…

  • Dualidad: Positivo-negativo, día-noche, expiración-inspiración, calor-frío…

  • Subdivisión: Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. En los días de verano puede hacer calor, y al mismo tiempo ese calor puede ser templado o ardiente.

  • Alternancia: El universo esta en constante movimiento, nada permanece fijo, así un aspecto crece y otro decrece manteniéndose un equilibrio o apareciendo un desequilibrio en el que se transforma el uno en el otro. El yin y el yang se consumen y generan mutuamente. Si yin y yang son opuestos o inversos e interdependientes y si son además expresión y consecuencia de un equilibrio fluctuante, es indispensable que si uno de ellos crece el otro decrece. De no ser así no se estaría en presencia de un equilibrio dinámico, sino de su progresión ya positiva, ya negativa, más allá de todo control.

  • Transformación: El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos. La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. La transformación expresa lo fundamental del cambio, sintetiza la mutación, el surgimiento de un fenómeno diferente y nuevo a partir de otro.

Se puede entender que todas las relaciones dentro de los fenómenos (movimiento-reposo, calor-frío, material-inmaterial, etc.), no son más que la expresión de las relaciones antagónicas y relativas entre el yin y el yang. De esta manera se exponen, con el mismo grado de generalización, las leyes que rigen los cambios universales. Deviene un instrumento adecuado para ordenar, comprender y conocer la realidad, más allá del misticismo, teniendo un carácter didáctico y simbólico, con independencia de los puntos de vista particulares y la ideología de cada autor.

 
 
 

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